En una zona de gran productividad agraria, situada al oeste del término de Villa del Prado, entre la carretera M-507 y el límite de la provincia de Toledo se promociona la urbanización que hoy llamamos El Encinar del Alberche. Se asienta sobre terrenos montañosos de encinas, pinos y jaras, ocupando una superficie total de 300 hectáreas aproximadamente.
El primer Plan Parcial (1ª a 4ª Fases) fue aprobado por Coplaco en 1967, y el ampliatorio (5ª a 8ª fases) en 1971. La superficie dedicada a uso residencial es de 156,42 hectáreas. Resultan un total de 1.769 parcelas. Actualmente están construidas en torno a las 1.400. Las zonas verdes ocupan aproximadamente un 33% de la superficie de la urbanización.
En los años 70 se luchaba todavía por mantener el rescoldo de una sociedad agraria, estabilizada, más bien estancada, con un concepto de trabajo agrícola de supervivencia y de escasa productividad. Ya se percibían los miedos a la nueva civilización. La ola del cambio acabaría invadiendo también a esta sociedad.
Tiene abastecimiento de agua propio, se eleva el agua potable desde la zona de captación junto al río Alberche hasta los nuevos depósitos con capacidad de 2.700 m3 y de 1.800 m3. Hay una concesión de la Confederación hidrográfica del tajo de unos 541.000 m3 anuales es decir 210 litro por día y persona.
Dispone de un amplio equipamiento deportivo. Moderno polideportivo con canchas de baloncesto, tenis, pádel, fútbol, frontón, mini golf, ping pong y una espectacular piscina. Tiene una hermosa capilla para los servicios religiosos.
Su administración se desarrolla en una Comunidad de Propietarios, representados por una Junta de Gobierno. La Comunidad se hace cargo del mantenimiento de viales, servicios de agua, alcantarillado y electricidad. Tiene un equipo de mantenimiento, jardinería, fontanería y conserjería.
Las personas que han elegido este hermoso lugar para su primera residencia, unas 1000 personas, y cada día creciendo, disfrutan de un entorno natural y de una calidad de vida realmente envidiables.